domingo, 26 de abril de 2009

RAFA MUÑOZ YA ES MÁS RÁPIDO QUE MICHAEL PHELPS


J. J. MATEO El País.com

Éste es el retrato robot de Rafa Muñoz, el cordobés de ancho pecho, ése que ayer nadó en Montpellier los 100 metros mariposa en 50,46s, rebajando en 12 centésimas su anterior récord de Europa (50,58s) y firmando la segunda mejor marca de todos los tiempos, a seis centésimas del récord mundial de Ian Crocker (50,40s): "Gran envergadura, por encima del 1,95. Fuerte. No se pone presión encima. Un velocista nato. Un nadador sensible, de sensaciones. Un hombre perfecto para las pruebas de velocidad".
Habla por teléfono Joan Fortuny, su ex entrenador, uno que le crió antes de que emigrara a Marsella, la nueva meca de la natación, y sus palabras cortan la diferencia entre lo que debe Muñoz a su trabajo y lo que debe a su bañador, el mágico Jaked, que desaparecerá tal y como es hoy a partir de 2010, cuando se prohibirán las combinaciones en las que el material impermeable exceda del 50% de la prenda -el Jaked está hecho totalmente de poliuretano-.
"La evolución de sus marcas no ha sido tan rápida ni tan exagerada", asegura Fortuny, aun así maravillado porque con los 50,46s de ayer Muñoz habría sido oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, muy por delante de Michael Phelps, ganador con 50,58s. Para explicar justo esa diferencia entre músculo y bañador está la intrahistoria de cómo Muñoz ganó el bronce en los Europeos de Eindhoven 2008, cuando nadó en 52,09s o "52 segundos pelados" como dice su antiguo técnico.
Llega Muñoz por dos veces a la cámara de llamadas. Se supone que es momento de nervios, de excitación extrema, pero sus pulsaciones lo desmienten. "Es que es muy competitivo", dice Fortuny; "su virtud es que en las competiciones importantes no se pone nervioso. Hay quien dice que los motociclistas jóvenes se atreven porque no ven el peligro. Rafa es muy joven y no nota la presión". Está Muñoz ahí, en la cámara de llamadas, y entonces surge el problema. Por dos veces, se le rompe el bañador.
El chico, de 21 años, acaba compitiendo con el modelo de pierna, los poderosos pectorales al descubierto, la espalda ancha desguarnecida, cualquier sospecha de que la velocidad esté en el bañador y no en los brazos, vencida. Bronce. Y a esperar para dar el siguiente salto, tras el fracaso en los Juegos de Pekín, esta vez sí con el espectacular Jaked. Es el camino del nuevo prodigio de la mariposa. Los pasos de un nadador "sensible".
"Rafa", recuerda Fortuny, "siempre me decía lo mismo el día de la competición: 'Joan, yo sólo con entrar en el agua, sólo con tocarla, ya sé si voy a nadar bien o no'. Los velocistas son gente que nada por sensaciones. Él también es sensible. Enseguida detecta si va a ir bien o no. Y ahí estaba yo, preguntándole cuando tocaba el agua: 'Rafa, ¿cómo te encuentras?". Los resultados dicen que muy bien. Falta que Muñoz se mida calle con calle contra los mejores del mundo tras conseguir sus dos mejores marcas en los campeonatos de España y Francia. El reto ya tiene fecha. La prueba definitiva será en julio. "Hay que ver. Con estos resultados tan estupendos, el test son los Mundiales de Roma, cuando estén los mejores. Yo creo que irá bien", concluye Fortuny.

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