martes, 24 de febrero de 2009

¡MALDITA FIEBRE!


El atletismo es uno de los deportes más duros, sacrificados y de más dificultad que existen. Te puedes preparar a conciencia, hacer un invierno de auténtico monje, estar como en tus mejores tiempos en las primeras pruebas internacionales de la temporada, pero como el día D y la hora H te ataque un virus o tengas unas décimas de fiebre, la “cagaste, Burt Lancaster”. Digo esto por lo que le acaba de ocurrir a nuestro casi paisano, de Nerja, el olímpico Álvaro Fernández, en los últimos Campeonatos de España, celebrados en Sevilla, y que daban plaza para los Campeonatos de Europa de Turín la próxima semana. A nadie se le oculta, que por razones varias, la más importante el rosario de lesiones que le han perseguido, el amigo Álvaro, chaval majo y modesto donde los haya, lleva unas temporadas sin parecerse siquiera a aquel imberbe que deslumbró en 2.004, digno semifinalista en Atenas, y que parecía preparado para recoger el testigo de Reyes Estévez, incluso por delante de Juan Carlos Higuero. Pero, a pesar de estos años frustrantes, su juventud (tiene 28 años) nos hacía pensar que la remontada podría empezar por la consecución de una medalla en los Europeos en suelo italiano. Estaba muy en forma, impresionó en Valencia unos días antes, pasó con autoridad las semifinales, "He salido del infierno", confesó tras ellas, pero la fiebre,
¡ay, la fiebre! le quitó fuerzas para la final, con un impensable quinto puesto. Ánimo, Alvaro, que el verano y Berlín serán tuyos.

JOSÉ MANUEL MORENO. OCHO CALLES.

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