domingo, 12 de octubre de 2008

Usain Bolt: 'No quiero ponerme límites'


ISRAEL DURO
MADRID.- Usain Bolt (Trelawny, Jamaica, 1986), ha pasado en 2008 de tormenta tropical a huracán de máxima categoría. Este niño prodigio de los 200 metros, condenado a los lugares bajos del podio por su indolencia los últimos años, ha encontrado en el hectómetro la motivación para explotar como el sol de la velocidad, dejando a estrellas de la talla de Asafa Powell o Tyson Gay convertidas en tímidas lucecitas.

Terminada la temporada atlética, Usain Bolt hace balance para EL MUNDO del curso que marcó un antes y un después en la historia de la velocidad y analiza sus próximos retos, entre los que no se encuentra, de momento, el salto a la prueba de 400, la distancia perfecta para él por sus características físicas, según afirma la mayoría de los expertos.

Antes que nada, felicidades por su gran temporada. ¿Qué significa 2008 para usted?
Tres medallas de oro, tres récords mundiales.

¿Qué deja mejor sabor de boca, las medallas o las plusmarcas?
Las medallas saben mejor, porque las tendré siempre. Los récords, incluso los más difíciles, pueden batirse, como he demostrado yo mismo varias veces.

¿Por qué frenó la carrera en en el tramo final de los 100 metros de los Juegos Olímpicos?
No estaba pensando en el tiempo. Mi único objetivo era ganar. En esos momentos no sabía que corría por debajo del récord del mundo. A los 60 metros, miré y vi que Asafa no estaba a mi altura y me supe campeón. Entonces escenifiqué mi alegría, no pude contenerme.

¿Se arrepiente o lo volvería a hacer?
Me salió así en esos momentos porque soy así. Si volviera a suceder, con las mismas circunstancias, seguramente haría lo mismo, expresar mis sentimientos en ese momento. Es difícil de explicar lo que te pasa entonces: eres el campeón olímpico, el ambiente del estadio...

¿Qué carrera fue más difícil, el 100 o el 200?
El 200, sin duda. Tuve que dar todo lo que tenía.

Pero sus rivales le duraron lo mismo que en el 100. Tras la curva ya estaba solo y era el claro campeón.
Pero mi objetivo era acabar con el récord de Michael Johnson. Poca gente creía que fuera capaz de hacerlo, sobre todo, por las veces que había corrido este año la distancia, y parecía que el 100 me había hecho descuidar esta prueba. El esfuerzo fue terrible, pero demostré que realmente valía esa marca, y que aún tengo margen para mejorarla.

¿Se definiría usted como corredor de 100 o de 200?
Espero que la gente me considere especialista en ambas distancias. Por mi parte, pienso seguir compaginando las dos, desde luego.

Personalmente ¿qué distancia prefiere usted?
Los 200, sin duda, porque ha sido la especialidad a la que he dedicado muchos años de esfuerzo y en la que empecé a destacar desde los 15 años. En los 100 metros he aprovechado mucho del trabajo que ya estaba realizado, aunque me ha venido muy bien para perfeccionar mi carrera. Una de las mayores dificultades del hectómetro fue convencer a mi entrenador de que me dejara probar, porque está empeñado en verme en el 400.

¿Y cómo le convenció?
Hicimos una apuesta. Si yo batía el récord jamaicano de 200 de Don Quarrie (19.86), vigente desde 1971, él me dejaría entrenar el 100. Hice 19.75 en los Trials de mi país en 2007, y tuvo que prepararme.

Y bien preparado, porque ha pasado en un año de 10.03 a 9.69. ¿Qué ha cambiado para lograr una rebaja tan brutal?
Lo primero, que nunca había corrido ningún 100 antes de esos 10.03, por lo que esa marca no refleja lo que yo valía en 2007. Seguramente habría podido correr en 9.9 o incluso 9.8 si hubiera participado en más carreras de esa distancia. A partir del invierno he trabajado muchísimo mi salida, lo que me ha ayudado para tener éxito en el hectómetro, como ya he dicho antes.

¿Sólo ha tocado la salida?
Básicamente, porque tampoco difiere tanto del 200 en realidad. En ambas pruebas se trata de correr lo más rápido posible, a fin de cuentas.

Muchos expertos señalan que usted podría haber corrido en 9.55 en los Juegos Olímpicos de Pekín. ¿Cuál es su límite?
Mi entrenador asegura que puedo dejar el récord del mundo en 9.52. Llegaré a mi plenitud en dos años, y será el momento. No quiero ponerme límites. ¿Quién sabe hasta dónde puedo llegar?

Todo el mundo espera presenciar un récord mundial cuando usted salta a la pista. ¿Le crea eso presión añadida?
Para nada. No siento nunca ninguna presión. Siempre trato de dar a los aficionados un gran espectáculo y disfrutar de lo que hago, pero sin preocuparme de batir récords cada carrera.

¿Qué le ocurre a Asafa Powell en las grandes citas?
La verdad es que no lo sé. Siempre se le han dado mejor los meetings.

¿Hará caso a su técnico? ¿Piensa ampliar su campo de caza al 400? Porque los expertos aseguran que es su hábitat natural y sus marcas podrían ser estratosféricas. ¿Deberían temblar Jeremy Wariner y LaShawn Merritt?
De momento, no. Y en un futuro próximo, tampoco. Puede que me acabe pasando, pero sin prisas. El entrenamiento para la vuelta completa a la pista es muy duro.

¿Qué le diría a quiénes le acusan de doparse?
Estoy totalmente limpio, como atestiguan los numerosos controles que paso todo el tiempo. Los que han seguido mi progresión desde 2002 ya habían anunciado que correría a este nivel hace tiempo.

¿Cuál es su receta para acabar con el dopaje?
Ya se están haciendo cosas. Yo espero que todos corramos limpios en el futuro. El deporte lo necesita.

¿Cómo es Usain Bolt fuera de la pista?
Un tipo normal al que le gusta el Chill out y pasárselo bien.

Describa un día normal para usted.
Normalmente voy al gimnasio por la mañana, me relajo a mediodía y voy a entrenar en la pista sobre la tarde noche. Cuando no entreno, me gusta desconectar con videojuegos. Salvo que el entrenador me cambié la rutina, claro.

¿Qué otros gustos tiene fuera de la pista?
Me encantan la comida y la música de baile jamaicanas. Mi cantante favorito es Vybes Kartel (cantante jamaicano que mezcla rap con reggae). Y, sobre todo, me encanta el color oro.

No hay comentarios: