sábado, 11 de octubre de 2008

“Mis hijos representarán a México”, promete Lezak


“Mis hijos, que todavía no han nacido, algún día representarán a México”, dijo a manera de promesa el nadador estadunidense Jason Lezak, tras inaugurar la Clínica Mundial de Natación Nelson Vargas y ofrecer un relato emotivo de la prueba del relevo de 4x100, en la que su cierre fue clave para que Michael Phelps ganara una de sus ocho medallas de oro en Pekín 2008.

Lezak, casado con la mexicana Danielle de Alva, nadadora de la Acuática Nelson Vargas, inauguró la clínica como parte del 40 aniversario de los Juegos Olímpicos México 68, con la participación de los máximos especialistas en este deporte.

El acto coronó la primera jornada con la presentación de los libros Más Aciertos que Errores, de Vargas, y Un Romance en el Agua, de Ronald Johnson. Los grandes ausentes fueron precisamente el entrenador estadunidense, quien dirigió al equipo mexicano en México 68, y Pedro Ramírez Vázquez, organizador de aquella justa deportiva.

Ambas faltas fueron por razones de salud: Johnson se quedó en Estados Unidos para acompañar a su esposa enferma, mientras al arquitecto Ramírez Vázquez le impidió asistir una fuerte gripe, pero envió una carta en la que reconoce los logros de Nelson Vargas, asistente de Johnson en México 68, como impulsor del deporte en las recientes cuatro décadas.

Breve, pero muy consistente, fue la primera ponencia a cargo de Lezak, ganador de cinco medallas olímpicas: oro y bronce en Atenas 2004, y dos doradas y un tercer lugar en Pekín 2008, quien compartió con cientos de entrenadores y nadadores el momento en que cerró el último tramo para superar al relevo francés y devolver a su país el título de 4x100 que había perdido en Sydney 2000.

“Todo mundo comenta si había una consigna especial para ayudar a Phelps, con quien comparto de forma total el triunfo, pero puedo asegurar que no hice ese esfuerzo por él, sino por el equipo en el que habíamos logrado una gran unión”, manifestó.

El tritón californiano habló de la frustración que había experimentado en Sydney, donde el equipo estadunidense llegó excedido de confianza y fue sorprendido por los anfitriones.

Después la historia se repitió en Atenas, donde más bien experimentaron presión, aunque en esa justa participó en el relevo que se llevó el oro en la prueba combinada 4x100.

“Lo valioso de esa medalla (en Pekín) fue el trabajo previo, la motivación de la que les hablé a todos de mi experiencia y les dije que debíamos dejar la competencia individual entre nosotros, que no debíamos nadar por una motivación externa, ni siquiera por EE.UU., sino por nosotros mismos, por el equipo, en el que todos dependíamos del otro.

“Eso nos ayudó a todos, a mí y a Michael, así que lo increíble de estos juegos fue la hermandad”, anotó Lezak, quien a sus 33 años no considera aún el retiro. Al contrario, no descarta la posibilidad de extender su carrera hasta una cuarta justa olímpica en Londres 2012.

El primer día de conferencias incluyó pláticas del estadunidense Mark Schubert, quien dijo que el verdadero éxito es lograr que niños y jóvenes disfruten de la natación y el gusto de competir, pues de otra manera no pueden superarse las marcas.

Vargas habló de la personalidad, la autoestima y la dignidad de los profesores de natación, mientras el australiano John Bainbridge destinó el turno a la enseñanza en la primera infancia.

Este sábado y domingo continuará la clínica en el hotel Camino Real, que fue el centro de operaciones de los Juegos Olímpicos México 68.

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