viernes, 22 de agosto de 2008

García Bragado se supera en Pekín


Es la primera vez desde Barcelona 92 que la marcha española termina unos Juegos sin dejar su aportación al medallero. Jesús Ángel García Bragado lo intentó ante rivales en estado de gracia y se sintió exceisvamente penalizado por los jueces. Consiguió en sus quintos Juegos Olímpicos su mejor puesto, cuarto, en una prueba de 50 kilómetros marcha dominada con látigo por el italiano Alex Schwazer a un ritmo endemoniado que acabó por concederle el récord olímpico de la distancia (3h 37:09). El australiano Jared Tallent, medalla de bronce en la prueba de 20 kilómetros, ascendió un escalón en la distancia mayor al superar en los últimos kilómetros al ruso Denis Nizhegorodov, plusmarquista mundial, bronce.

El madrileño, de 38 años, pretendió mantener un ritmo regular durante todo el recorrido, rehuyendo la velocidad inicial de Schwazer y el subcampeón olímpico francés Johan Diniz, que no terminó la prueba por lesión. García Bragado se mantuvo a una distancia prudente, quizá excesiva. Confiaba en su resistencia , arma que le serviría para progresar en la clasificación en los últimos kilómetros, pero cuando decidió ir al fondo de sus energías tenía ya dos amonestaciones que le obligaron a ser muy cuidadoso con su marcha. El atleta afincado en Lleida está convencido de que los comisarios le ven demasiadas infracciones.

Al principio dejó que se formaran grupos por delante y él se quedó primero con Mikel Odriozola, que vino a Pekín con idea y terminó en el puesto 13º (3h 51:30). Después fue progresando con el mexicano Horacio Nava y con el australiano Luke Adams. Y siguió su camino a un ritmo constante.

Poco a poco, sin oscilaciones (22 minutos y pocos segundos cada cinco kilómetros) García Bragado se fue metiendo en la carrera por las medallas, pero fue lastrado por las dos advertencias que recibió de los jueces y por un calor cada vez más intenso. Definitivamente, el podio le quedaba lejos, pero en la marcha nunca se sabe qué puede ocurrir con las amonestaciones y los desfallecimientos. García Bragado fue al mismo ritmo que los tres que le precedían en los últimos kilómetros, pero se encontraba demasiado lejos de ellos. Llegó a la meta del estadio a casi cuatro minutos del bronce. En Atenas había terminado la prueba en quinta posición.

Los tres primeros contaron con ventaja sobre el resto durante prácticamente toda la mañana, con una salida fulgurante a la que se sumaron otros atletas que pagaron después su atrevimiento. Schwazer se despegó a nueve kilómetros del final de Nizhegorodov y Tallent y ya ninguno de sus rivales lo vio. El ruso acusó después el golpe del australiano, quien le arrebató la plata.

El nuevo campeón olímpico es un volcán de energía. Tiene sólo 23 años y debutaba en unos Juegos, tras un ciclo preolímpico clamoroso. En los dos últimos Mundiales ganó la medalla de bronce. En Osaka dobló y también diputó los 20 kilómetros, que acabó en décima posición. En Pekín sólo buscaba un oro y ya lo tiene.

El tercer español participante, él vigués Santiago Pérez, acabó la prueba 26º con un tiempo de 3h 59:41. Lejos de su diploma olímpico de Atenas.

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