lunes, 28 de julio de 2008

CHINA DESAFÍA AL IMPERIO U.S.A.



Un estudio de una universidad británica asegura que el gigante asiático superará a EEUU
Tras la caída de la Unión Soviética, Estados Unidos ha reinado casi sin oposición en los Juegos Olímpicos. Pekín 2008, sin embargo, se presenta como un desafío a la hegemonía norteamericana, un desafío lanzado por una China que busca consagrar a través del deporte su posición política de superpotencia.

Desde Atlanta '96, Estados Unidos encabezó todos los medalleros olímpicos con una cosecha siempre en torno a las 100 preseas. Desorientada, la heredera del bloque soviético, Rusia, siempre terminó a la zaga de las barras y las estrellas, en un reflejo del nuevo equilibrio de poder.

El equipo unificado que participó en Barcelona aún pudo imponerse a los estadounidenses, pero sola, Rusia siempre dobló la rodilla ante el poderío 'yanki'. En Atlanta, apenas consiguió 61 medallas. En Sydney se recuperó y llegó a las 88. Y en Atenas sumó 92.

Sin embargo, los Juegos griegos confirmaron una variación en la tendencia que puede resultar definitiva: China se ubicó por primera vez segunda en el medallero. Logró casi 30 medallas menos que los rusos, pero sólo los estadounidenses superaron sus 32 metales dorados. Ya lo advirtió Napoleón Bonaparte: "El día que China despierte, el mundo temblará". Con 1.300 millones de habitantes, el gigante asiático es hoy una potencia económica con una capacidad demográfica de proporciones descomunales.

Después de décadas de ausencia, China afrontó de manera global sus primeros Juegos en Los Angeles '84, donde consiguió 15 medallas de oro, ocho de plata y nueve de bronce. En Barcelona y Atlanta, sus resultados apenas arrojaron un oro más. Pero a partir de entonces, China comenzó a desperezarse, y aún lo hizo con más ímpetu cuando en julio de 2001 fue elegida sede olímpica.

"Para la mayoría de países, lograr quedarse en el mismo nivel es ya un éxito. Mejorar sin parar y doblar el número de títulos de 16 en Barcelona a 32 en Atenas, es algo sin precedentes", apuntaron investigadores británicos de la Sheffield Hallam University en un estudio en el que concluyen que China superará a Estados Unidos en el medallero de Pekín.

Pronósticos, estimaciones y estudios hay para todos los colores. Unos señalan a Estados Unidos, otros a China. Incluso la renacida Rusia de Vladimir Putin, Dmitri Medvedev y Gazprom podría tener algo que decir. Pero en realidad son sólo apuestas. "Lo bonito de la competición deportiva es que uno nunca sabe el resultado hasta que termina", dijo divertido el viceministro de Deporte chino, Cui Dalin, cuando le invitaron a aventurar el número de medallas de su país.

Poco antes había asegurado que en la competición general, "Estados Unidos y Rusia están aún muy por encima" del nivel chino, que no tiene el mismo peso en deportes ricos en medallas como el atletismo y la natación. "Tenemos que ver esto con sobriedad. En conjunto, no somos una gran nación deportiva", aseguró durante el Congreso Nacional del Pueblo en Pekín.

El modesto discurso oficial, sin embargo, no coincide con las inversiones y métodos adoptados por el deporte chino para mejorar sus resultados en agosto. "¿Plata? Eso no significa nada aquí. Podrías terminar lo mismo último", aseguró a 'The New York Times' Igor Grinko, un experimentado técnico de remo que hace cuatro años aceptó el desafío de entrenar al equipo nacional chino.

Sin rivales en trampolín, tenis de mesa y badminton
Hegemónica en saltos de trampolín, tenis de mesa o badminton, China parece haber centrado su estrategia en elevar su nivel en disciplinas como el remo, donde 14 categorías ofrecen 14 posibilidades de lograr un oro. Los chinos están en busca de su particular 'Gran Salto Adelante deportivo', y para eso no escatiman en gastos: además de las decenas de millones de dólares gastados en centros de tecnificación, alrededor de 20 técnicos extranjeros fueron contratados para dirigir equipos nacionales en diferentes deportes.

"Están haciendo algunas locuras para ganar medallas, y creen que ganarán muchas", asegura Grinko, que dirigió tanto a equipos soviéticos como estadounidenses. "Los entrenadores como yo estamos aquí para ayudarles a ganar medallas de oro, si no estamos despedidos"

¿Dopaje? La sospecha sobrevuela las mentes de quienes ven los impresionantes progresos chinos en una disciplina con apenas tradición, pero después del 'caso BALCO, el deporte estadounidense no puede alzar demasiado la voz. "No hay secretos, nada misterioso", dice Grinko. Sólo determinación, aseguran, una determinación que en China puede rozar la obsesión. Según el diario estadounidense, Yang Wenjun, campeón olímpico de piragüismo en 2004, lleva casi una década intentando dejar el deporte, pero la presión de las autoridades chinas para que continúe es demasiado fuerte.

Sólo cuatro metales dorados separaron a China de Estados Unidos en Atenas. Cuatro años después, el Imperio del Centro quiere mostrar su poder, y cómo señaló el ex presidente del COI Juan Antonio Samaranch, el éxito del anfitrión en unos Juegos no se mide únicamente en términos organizativos, sino también deportivos. A China ya no le vale el segundo puesto.

No hay comentarios: