sábado, 2 de febrero de 2008

PREOCUPANTE: KENIA PODRÍA RENUNCIAR A LOS JJOO DE PEKÍN


La convulsa situación política que azota Kenia aumenta cada día que pasa con nuevos y terribles asesinatos. Desde que Mwai Kibaki, de etnia kikuyu, fuera reelegido presidente tras unas elecciones fraudulentas, sus seguidores y los del opositor Raila Odinga, de etnia luo, se enfrentan en una dantesca cacería humana que ya ha costado la vida a 850 personas y unos 250.000 desplazados. Una situación insostenible que la asistente de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos, Jendayi Frazer, calificó como de “una clara limpieza étnica”. Con el país africano al borde del caos, los atletas keniatas, antaño considerados como a héroes nacionales, se han convertido en objetivos prioritarios por su repercusión mediática y su estatus social.En peligro de muerteEldoret, cuna de los mejores atletas keniatas internacionales, es ahora una de las ciudades más castigadas por los brotes de violencia. Con un clima de inseguridad absoluto, los atletas no tienen garantizada su integridad. Lucas Sang, miembro del equipo de relevos en Seúl’88, falleció tras sufrir un linchamiento brutal. El maratoniano Wesley Ngetich murió tras ser alcanzado por una flecha envenenada. Ellos son los dos atletas asesinados hasta el momento, pero se teme que puedan seguirles muchos más.Moses Kiptanui, varias veces campeón del mundo de 3.000 obstáculos, aseguró que “la policía nos dijo que podíamos ser asesinados en cualquier momento. Nos acusan de transportar pistolas o flechas usadas en los disturbios. Tenemos miedo. La policía está armada, me conocen y saben dónde vivo”. Hace una semana, Kiptanui relató cómo su chófer fue asaltado por tres policías. Le preguntaron por el ex campeón y le advirtieron de que ambos podían ser asesinados por su papel en los disturbios. Kiptanui no entiende nada. “Como corredores, nosotros representamos a nuestro país como keniatas, no como kalenjis. Somos los que estamos ayudando a que crezca la buena reputación de Kenia por todo el mundo. ¿Por qué estamos siendo señalados?”.Según la atleta Priscah Jepleting, existe mucha tensión: “No podemos salir a entrenarnos. Lo único que puedo hacer es trotar alrededor de mi casa. Los kikuyus están por todas partes, amenazando y atacando a la gente, y lo primordial es salvar la vida”. Ezequiel Kemboi, campeón olímpico de 3.000 obstáculos, aseguró que “ahora sólo me ejercito una vez al día en vez de las tres veces que normalmente llevo a cabo. Sé que mis opciones en Pekín se están reduciendo, pero yo he visto los cortes en el cuerpo de Lucas Sang”. Lo que sí se conoce con seguridad es que su preparación para los Mundiales de Cross del próximo mes de marzo se puede ver muy resentida.La Federación Olímpica de Kenia mostró su enorme preocupación por su posible no participación en los próximos Juegos. Los atletas, aislados en Trans Mara y Eldoret, en el extenso Valle del Rift y una de las zonas en las que se están produciendo las hostilidades más graves, viven en permanente estado de alerta mientras protegen a sus familias. Sin posibilidad de entrenarse en condiciones y con su vida en peligro, una de las principales potencias del mundo de fondo podría no asistir a los Juegos por culpa de la vulneración sistemática de los derechos humanos y la violencia más extrema y aberrante.